domingo, 3 de marzo de 2013

CAMINATA 03 MARZO 2013


Caminata por la Dignidad y la Soberanía Paso a Paso
Aldea de Flores: un alto en el camino

Es domingo y el viento que recorre Honduras levanta caracoles de polvo que se estampa en la ropa lavada por las y los caminantes. Descansando en varios locales procurados por la comunidad, la Caminata hace un alto para descansar, reorganizarse y continuar hasta Tegucigalpa.  
Hasta hoy domingo, 3 de marzo, se han recorrido más de 120 kilómetros de distancia que en han significado seis días de camino y de una intensa experiencia de construcción política movimientista. En distintos momentos  se han hecho reflexiones importantes de este espacio en camino que es a la vez un importante laboratorio de prácticas y relaciones sociales entre perspectivas y maneras de actuar diversas. Superar las luchas particulares de los grupos y hacer de todas la propia lucha, es un aprendizaje en el camino que cuesta pero que se construye paso a paso; entender que la opresión es simultánea y que por tanto la liberación debe ser de la misma manera.
Sin duda la caminata,  que se ha fortalecido en el camino en número y en compromiso de las y los participantes,  expresa una actitud de permanencia en la construcción del proyecto transformador de país que implica detener la entrega de los territorios y los bienes de las comunidades y recuperar aquellos  que se han perdido;  la búsqueda de relaciones equitativas entre hombres y mujeres, entre las diversidades culturales de los pueblos que son parte de esta nación, y la puesta en común de una  ética de respeto y armonía con los bienes naturales. 
Otro aprendizaje importante de este caminar colectivo  es  el que nos significa la práctica concreta que de los movimientos sociales actuando con autonomía y creatividad somos capaces de enfilar una acción con impacto nacional que enfrente no sólo un proyecto de dominación que avanza con velocidad en Honduras, si no la cultura de la desesperanza y que  muchas veces embarga a la población y que constituye un elemento de este proyecto de dominio, sembrar la impotencia como sentimiento colectivo y paralizar las capacidades de lucha de los colectivos y las personas con conciencia y amor por el país.