Hoy en todo Honduras, las escuelas y jardines infantiles conmemoran el día de Lempira y al igual que el resto de los “próceres patrios”, es un símbolo que significa bastante poco para la realidad de las niñas, niños, jóvenes y resto de la población hondureña.
Este día se conmemora con penachos en la cabeza y la
práctica en boga de los últimos años, un espectáculo de cargas sumamente
racistas, patriarcales y estigmatizadoras llamada “La india bonita” en el que
compiten jóvenes y la ganadora suele ser la que menos rasgos físicos de
indígena tenga, llenando aún más de vacío el sentir de la identidad de pueblo
Lenca.
Sin embargo en los territorios, dentro de las montañas
y en los lugares históricamente invisibilizados continúan, a percepción de
pocos ojos, las luchas en defensa territorial que traen el espíritu ambulante
de Lempira, su fuerza ancestral. Esta, que no defendió la soberanía nacional,
ya que la percepción de este territorio llamado Honduras no se había
constituido, sino la dignidad de un pueblo que se negaba a ser subyugado, al
que se le impuso el olivo de sus prácticas ceremoniales, de su lengua, de su
forma de ser y entender la vida, el mundo.
En el año 1993 nació un gesto de resistencia de este
pueblo que en un inicio se llamó Comité Cívico de Organizaciones Populares e
Indígenas (COPIN). En estos años daba mucha vergüenza autodeterminarse como
indígenas y no existían organizaciones con el nombre “Lenca”. Entre sus
fundadoras estaba una aguerrida mujer que sabía que fortalecer la identidad del
ser Lenca era el símbolo más fuerte de lucha antisistémica, desafío a los
muchos años de intentar blanquear la mente y el cuerpo, ella era Berta Cáceres
Flores.
Hoy, hay muchas organizaciones identificadas como
Lencas, y algunas sirven a intereses de los que nos colonizaron y quieren
seguir saqueando los territorios, sin embargo en muchas regiones de Honduras
los pueblos indígenas y negros están desafiando el robo por parte de los nuevos
colonizadores: las trasnacionales y el empresariado nacional e internacional y a
los funcionarios que se prestan para esto, rinden homenaje a la gesta del
pueblo Lenca que en un momento de la historia lideró nuestro héroe.
El COPINH
celebra este día para traerlo a la memoria en un símbolo que cobre sentido a
nuestros días donde se nos imponen las hidroeléctricas que solo desarrollan los
bolsillos del empresariado, de las mineras que siguen a 525 años saqueando oro
y demás minerales y los múltiples proyectos que pretenden convertir nuestros
bienes comunes en mercancía.
COPINH, conmemora este día participando en un cabildo
abierto en la alcaldía de La Paz diciendo NO al proyecto minero “La Estrella”.
Así, se rinde tributo a nuestra memoria y lucha ancestral.
Y también decimos que nuestros pueblos
no se los
utilizan como instrumentos para
la comercialización de los territorios, para
enriquecer a restaurantes y souvenires que utilizan nuestras artesanías y
nombres, el pueblo Lenca es un pueblo vivo al que hay que respetarle su lucha
territorial y de derechos fundamentales.
Este día gritamos: Con la fuerza ancestral de Berta,
Lempira, Mota, Iselaca y Etempica, se levantan nuestras voces llenas de Vida,
Justicia, Libertad, Dignidad y Paz.
Dado en La Esperanza
Intibucá a los 20 días del mes de Julio del año 2017.
“Él Vive, Viene con Nosotros y Nosotras Desde el Final
de los Olvidos”