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Hace
8 años, el golpe de estado militar, realizado por la oligarquía hondureña en complicidad
del gobierno de los Estados Unidos, instauró un periodo de represión y terror con
el propósito de profundizar en grado extremo el saqueo y la venta del país a
empresas privadas y el control del mismo por parte de una pequeña élite. Desde
el 2009, mediante el apoyo y financiamiento de los EEUU, se ha implementado una
agenda de muerte: privatización, neoliberalización extrema, militarización y
represión en contra de los pueblos hondureños.
El
asesinato de nuestra compañera Berta Cáceres es producto de la profundización
de este sistema neoliberal y militarista, el cual asesina a quienes defienden
los pueblos, los bienes comunes de la naturaleza, las mujeres, los pueblos
Indígenas y todas las propuestas alternativas de vida.
Desde
Centroamérica y América Latina y el Caribe, saludamos la presentación de la
propuesta de ley Berta Cáceres para los derechos humanos en Honduras, con la
que se busca suspender la cooperación militar y la ayuda en materia de
seguridad de Estados Unidos a Honduras hasta que cesen las violaciones de los
derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad de Honduras y hasta que
los responsables de estas violaciones sean llevados ante la justicia, en
especial en el caso del asesinato de Berta Cáceres.
El
financiamiento y entrenamiento de los EEUU a las fuerzas represivas de Honduras
ha significado el aumento de asesinatos, amenazas, inseguridad y terror. Su función
no ha sido la de proteger al pueblo, sino la de proteger los intereses de la
empresa privada y de la cúpula de poder en Honduras. Prueba de esto son
el asesinato en la comunidad de Río Blanco del compañero Tomás García a manos
del suboficial del ejército, Kevin Saravia; la participación en el asesinato de
Berta Cáceres de un militar activo, entrenador de la Policía Militar y dos
retirados, en franca muestra de la existencia de estructuras criminales dentro
de las Fuerzas Armadas; así como los múltiples asesinatos del pueblo garífuna a
manos de militares, la masacre en contra el pueblo Misquito por parte de
agentes de la DEA y tantos otros asesinatos en la completa impunidad.
Hacemos
un llamado a que el pueblo estadounidense exija a su congreso que apruebe el
proyecto de ley Berta Cáceres y que se suspenda el financiamiento de los EEUU
hacia el ejército y fuerzas de seguridad de Honduras, como medida necesaria
para que cese la situación de represión y terror que se vive en Honduras.
El
COPINH hace un llamado a todas las organizaciones hermanas en Mesoamérica,
América Latina y el Caribe y el mundo a que se sumen a esta carta demandando el
cese del financiamiento estadounidense de la muerte de defensores y defensoras
y la violación de Derechos Humanos en Honduras. Mediante la firma de esta
petición hacemos de nuevo un llamado para exigir justicia por el asesinato de
nuestra compañera Berta Cáceres.