(Leído durante la conferencia de prensa de hoy, 27 de febrero, anunciando el inicio de la jornada. Durante la conferencia, transmitida en vivo en nuestro fb y en nuestras radios, cortaron la luz y se interrumpiò la transmision.....)
Berta Cáceres, hermana, compañera y
Coordinadora General, nos enseñó que debemos luchar por nuestros derechos, nos
enseñó que el pueblo Lenca ha sufrido por mucho tiempo debido a la
discriminación y dominación de siglos en nuestros territorios. Berta nos enseñó
que la dignidad no se compra ni se vende y que las batallas justas le dan
sentido a la vida de los pueblos, nos enseñó que entregar la vida a la lucha
por la construcción de una nueva sociedad inclusiva vale la pena, y que no hay
que tener miedo en defender lo que nos corresponde.
Hace un año asesinaron a la compañera
Berta Cáceres, le quitaron la vida, porque no soportaron que una mujer, una
indígena, se opusiera valientemente con su pueblo a la explotación de nuestros
territorios y saliera victoriosa.
La asesinaron porque en este país se
prefiere asesinar que dialogar y se piensa que matando personas se matan las
ideas.
El COPINH exige que el Estado
hondureño asuma su responsabilidad en el asesinato de la compañera Berta
Cáceres, a quien no solamente desprotegió, sino a quien persiguió y criminalizó
por su labor comunitaria. Que el Estado hondureño se responsabilice por la
concesión de los territorios indígenas de manera inconsulta, que significa las
muertes de las comunidades.
El congreso es culpable del asesinato
de Berta Cáceres por otorgar de manera inconsulta, los territorios Lenca a la
empresa privada.
El gobierno de JOH es responsable del
asesinato de Berta Cáceres por desprotegerla y mantener en dictadura al pueblo
hondureño, por proteger la impunidad y favorecer los intereses de quienes
representa a costa del pueblo hondureño.
Responsabilizamos a estructuras
criminales dentro de las Fuerzas Armadas de Honduras que son caldo de cultivo
para el desarrollo del sicariato. La vinculación de los asesinos detenidos en
el caso de nuestra compañera así lo demuestran.
Las Fuerzas armadas son responsables
del asesinato de Berta Cáceres por formar asesinos y escuadroneros de la
muerte, que por migajas acaban con la vida de pueblos y comunidades.
Demandamos ante todo que aparezcan los
culpables intelectuales del crimen contra Berta, quienes ordenaron su asesinato
siguen en la impunidad y seguramente planeando más asesinatos contra las
organizaciones sociales.
DESA es la empresa asesina la que con
el terror quiere despojar al pueblo Lenca de sus riquezas y matar a quienes nos
oponemos.
Asesino es el Banco Centroamericano de
Integración Económica, asesino es el Banco FMO, asesino es el fondo Finnfund,
quienes solapados en el supuesto desarrollo invierten en la muerte de los
pueblos indígenas.
Asesinos son los gobiernos de EEUU que
arman a un pueblo para que se mate por sí mismo.
Asesino es un pueblo intolerante y
racista que discrimina a su misma esencia cultural e histórica.
Sabemos de la precariedad de las
acusaciones en contra de los imputados en el caso de Berta Cáceres, un juicio
verdadero no podrá sentenciar a los detenidos, en especial a los intermediarios
entre la empresa y los sicarios y todo se dirige a la total impunidad. El
Estado no quiere una comisión internacional de expertos para investigar porque
teme que se demuestren sus responsabilidades.
A un año de su muerte Berta nos sigue
enseñando que las ideas no se asesinan y que los procesos de los pueblos no se
paran, que ella sigue presente y que es nuestro deber continuar con su legado
de resistencia y lucha en contra de la injusticia.
El COPINH se declara en rebeldía, en
insurrección contra la injusticia, contra la tragedia a la que ha sido conducida
el pueblo hondureño y los pueblos indígenas. Y en la que nuestros compañeros y
compañeras han caído asesinados en la defensa de la vida y por el futuro de la
humanidad. A ellas y ellos les recordamos y abrazamos como ancestros y
ancestras, que nos acompañan desde el plano espiritual.
Sin embargo, exigimos justicia,
exigimos que los responsables sean castigados y sobre todo que se termine con
la práctica de asesinar a quienes pensamos diferente.
El COPINH no está en contra de la vida
digna y una sociedad justa en Honduras. El COPINH se opone a la mentira que
llaman desarrollo por la cual quieren justificar tanta muerte y despojo en
nuestros territorios. Que una empresa destruya un río y una comunidad no saca
de la pobreza al país, por el contrario, la hunde en más desigualdad, cuando
los únicos beneficiados son unos pocos que se llenan los bolsillos a costa del
país entero. Queriendo ganar 500 millones dando 5mil a las comunidades, como
sucede en la represa Agua Zarca.
Nunca va a existir una Honduras mejor
si no se entiende y se respeta la autonomía de las comunidades indígenas, si no
se toman en cuenta nuestras cosmovisiones y formas de ver el mundo. Pero no con
una reglamentación de la consulta previa, manoseada y perversa, o con leyes
terroristas que buscan criminalizar la protesta, sino con muestras de voluntad
política de dialogar y debatir.
El COPINH sigue y seguirá luchando por
esa inclusión y por ese respeto, en la búsqueda de una sociedad justa en la que
la vida sea respetada.
La muerte de Berta Cáceres es una
derrota, una pérdida invaluable para nuestra organización y para el pueblo
hondureño. Pero es una victoria que sigamos aquí, presentes, denunciando la
injusticia y proclamando nuestra lucha por el respeto de las comunidades, los
territorios y la identidad del pueblo Lenca. A un año de la pérdida de nuestra
coordinadora general, el COPINH se compromete con su legado y sigue de pie
construyendo vida y siendo alternativa. Porque Berta Vive, el COPINH sigue.
Exigimos que se establezca una
comisión independiente de investigación en el caso de Berta Cáceres que devele
las estructuras de toda índole que planearon su muerte.
Demandamos la salida inmediata de la
empresa DESA y toda su muerte del río Gualcarque, así como cualquier proyecto
que intente afectarlo. Los dueños y gerente de DESA deben ser condenados por
sus acciones.
Exigimos la derogación de todas las
concesiones que existen en los territorios del pueblo Lenca, realizados sin
consulta a las comunidades.
Llamamos a la terminación de la
persecución contra el COPINH y las demás organizaciones que defendemos los
territorios. Los ataques contra nuestra organización continúan y
responsabilizamos de más muertes y agresiones a las autoridades hondureñas.
¡Berta Cáceres vive!
¡Berta Vive, el COPINH
sigue!
¡Berta no murió, se
multiplicó!
¡Fuera proyectos de muerte
de nuestros territorios!
¡Con
la fuerza ancestral de Berta, Iselaca, Lempira, Mota y Etempica se levantan
nuestras voces llenas de vida, justicia, dignidad, libertad y paz!
Dado en
La Esperanza, Intibucá a los 27 días del mes febrero del 2017