Dos años han pasado del asesinato de Tomás García a manos de un militar. También dos años han pasado desde que el pueblo lenca de Río Blanco en Intibucá sacó a la empresa DESA de su río ancestral, el Gualcarque.
El pueblo indígena aguerrido de esta comunidad celebra pero llora al mismo tiempo en estas fechas sabiendo que
esta batalla la ganaron pero tuvieron muchos caídos.
“Hemos decidido como pueblo indígena no aceptar proyectos pero por esto nos han matado a nuestros compañeros Tomás y Paula, William Jacobo, Maicon y hasta ahora los asesinos andan libres. Estas empresas no vienen a traer desarrollo sino a traer muerte y amenazas. Para nosotros como pueblo indígena nos trae división, apartarnos de nuestros amigos, eso no lo íbamos a permitir”, expresó el presidente del consejo indígena Francisco Sánchez.
Sin embargo Sánchez asegura que siempre están alertas ya que les han informado que DESA está desarrollando los preparativos para instalar el proyecto hidroeléctrico en el sector de la comunidad San Ramón, unos dos kilómetros arriba del primer punto que fue expulsada. LEER TODO>>>