En nuestras cosmovisiones somos seres
surgidos de la tierra, el agua y el maíz.
De los ríos somos custodios
ancestrales, el pueblo Lenca,
resguardados además por los espíritus de las niñas que nos enseñan que
dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida para
el bien de la humanidad y de este planeta.
El COPINH, caminando con otros pueblos por su
emancipación, ratifica el compromiso de seguir defendiendo el agua, los ríos y
nuestros bienes comunes y de la naturaleza, así como nuestros derechos como
pueblos.
¡Despertemos¡ ¡Despertemos Humanidad¡
Ya no hay tiempo.
Nuestras conciencias serán sacudidas
por el hecho de solo estar contemplando la autodestrucción basada en la
depredación capitalista, racista y patriarcal.
El Río Gualcarque nos ha llamado, así
como los demás que están seriamente amenazados. Debemos acudir.
La Madre Tierra militarizada, cercada,
envenenada, donde se violan sistemáticamente los derechos elementales, nos
exige actuar.
Construyamos entonces sociedades
capaces de coexistir de manera justa, digna y por la vida.
Juntémonos y sigamos con esperanza
defendiendo y cuidando la sangre de la tierra y los espíritus.
Dedico este premio a todas las
rebeldías, a mi madre, al Pueblo Lenca, a Río Blanco y a las y los mártires por
la defensa de los bienes naturales.