Cuentan
los pueblos que viven por el río:
“La
lucha del COPINH en contra de la represa sobre el río Gualcarque-Honduras”.
Melissa Cardoza[1]
En memoria de Paula
y Tomás de la comunidad de Río Blanco, mártires de su lucha
Contando historias, los
seres humanos entendemos y vamos hilando nuestras vidas o las deshilamos para
volver a empezar.
En Honduras, país donde
ir a la escuela o poner atención a los medios de información es refuncionalizar
la ignorancia nacional como estrategia de dominio y extender la subordinación como un manto de
vergüenza sobre todas nosotras, son los
cuentos fuera de las instituciones los que nos alumbran los pasos. La historia
oficial es el relato único, blanqueado, insípido, machista y eficaz con el que
dormita el pueblo de Honduras. Esa historia se acompaña de himnos nacionales,
de colores y fiestas patrióticas, de fechas absurdas y personajes masculinos
racializados según la necesidad, pocas veces indígenas, casi nunca negros.
Los cuentos de los
pueblos se transmiten bajo pinos y robles; en grupos que se juntan en las
milpas, cañales, pulperías, cantinas,
alrededor de focos de mano o fogatas,
bajo los aleros de las casas comunales, ermitas, escuelas, capillas; en
las cocinas que huelen a café y maíz, en la ocupación de la tierra, en la
asamblea junto al río y en la fiesta local.
Ahí donde hay niñas y ancianos, hombres y jovencitas, mujeres que saben
si va a llover o si está barato el tomate y dónde se puede refugiar la vida
cuando la alcanza la violencia tan cotidiana para ellas. Estas historias se
narran en las comunidades que hacen crecer las hijas, el maíz oscuro y los
ayotes. En los barrios donde se protege la esperanza y resuenan las balas
asesinas como sonido de películas que una quisiera no fueran ciertas. En todos
los lugares donde suceden las lluvias y las noches estrelladas, ahí donde los
soles pasan y se construyen las resistencias
a contramano de lo permitido.
Esos cuentos son los
que hacen posible las luchas colectivas, las mantienen lejos del olvido. Esas
historias son mundos hechos, haciéndose y por imaginar, que viven de maíz, de
sal, de deudas impagables, de amores diversos
y de sangre de gente que se juega la vida por su lucha que es por la
vida.
Esta historia que narro
es recuperada de las gentes que la hacen y no de libros que no existen. Es
sobre una resistencia en particular, en una comunidad indígena del pueblo Lenca, cruzada en su
territorio y emoción por el río Gualcarque, enorme y poderoso que atraviesa los
siglos desde antes que vinieran
ellos y que se ha convertido en objeto
de avaricia de empresas nacionales y transnacionales para la producción de
energía eléctrica que pretenden vender a buenos precios para sus
millonarias ganancias.
La historia sucede
ahora. Está ocurriendo mientras leen este texto porque aún no se han
concluido ahí todas las jornadas. La
comunidad de Río Blanco, Intibucá, tiene años en esta lucha, pero este texto se
reduce a contar algunas de las lecciones que hemos aprendido desde el primero
de abril del año 2013, cuando bajo un roble, llamado colectivamente “El Roblón”, cientos de personas decidieron
hacer una toma, ejercicios de autonomía y control territorial y evitar que su
río fuera apresado y su voluntad común secuestrada. De eso hace ya más de un año.
Agradezco las palabras,
el tiempo, las tortillas y sonrisas de Munda y su familia, de Chico y sus
compañeros y compañeras de lucha, de Gloria y su modo de entender cómo se debe
luchar y ganar, todas allá en la montaña rodeadas de asesinos y solidaridades.
Mi reconocimiento
feminista y cariño profundo a Berta Cáceres,[2]
coordinadora nacional del COPINH, que con su inclaudicable cabellera, palabra y
acción rebelde nos inspira; y a quien ningún macho puede ya detener.
Este
país
Se llama Honduras
aunque pareciera impensable llamarse de ese modo, y es corazón geográfico de
Centroamérica. Está en el centro de la región, es pequeño y lleno de bienes
naturales lo cual le hace particularmente desgraciado ante los poderes
neocoloniales: tiene costas, bosques, tierras, territorios, minerales, personas
trabajadoras y petróleo. Su historia está marcada por ocupaciones de suelo,
cuerpos, mentes. En tiempos de la
invasión española fue, al igual que otros, tierra de disputa colonial, suelo de
batallas de resistencias indígenas que fueron perdedoras, pero que ahí
continúan. Mestizado a fuerza de muerte, tiempo y programas escolares, en su
territorio viven pueblos indígenas, garífunas, negros y mezclas de ellos con
herencias españolas, sefarditas, turcas, asiáticas.
Sumisos sus gobiernos
ante los imperios que dictaron impuestos y modos de vida desde que las costas
fueron acercadas a la vieja Europa gracias a barcos, espadas y santos. País
tributario de la corona española que tuvo en la Capitanía de Guatemala su
representación más cercana, tributario del imperio mexicano que alcanzó las
costas del país por un tiempo breve,
pero importante históricamente.
Breves periodos colectivos dignos se asoman en su existencia, proyectos que como la patria grande de Francisco Morazán , aliento independista y
centroamericanista son sueños borrados por la historia oficial, y que se van despertando cada tanto entre
mucha de la necia gente de esta tierra que insiste en resistir, pese a la más espantosa violencia de este
siglo que lo hace hoy mismo el país con más
homicidios en el mundo.
Atribulado hasta más no
poder por la explotación sistemática de patrones criollos, gachupines y
norteamericanos sobre el pueblo trabajador,
el estado de Honduras, como lo son casi todos, fue una estructura colonial organizada para rendir
beneficios a sus dueños bilingües, con enormes ganancias colaterales a
gobernantes, diputados, empresarios,
políticos de oficio, diplomáticos y ricos de tradición corrupta. Lo
sigue siendo. El periodo reformista del país que dio inicio a lo que se supone
constituirían los proyectos nacionales de estas tierras centroamericanas fue sostenido a partir de la explotación de
minerales por grandes empresas norteamericanas, (aunque la historia de la
extracción data del siglo XVI), y la concesión de préstamos para un ferrocarril
que nunca llegó. Desde entonces los bancos europeos y norteamericanos saben lo
eficiente que son los intereses para acrecentar el dinero y lo barato que
resulta comprar políticos y funcionarios públicos hondureños.
En los años 20 del
siglo pasado, Honduras fue básicamente “desarrollada” como una finca bananera
de la United Fruit COmpany, UFCo, dueña y señora de quienes repartían los
poderes y sus beneficios no sólo aquí sino en la región, y también ejecutaban
la violencia contra disidentes que organizaron sus oficios bajo
pólvora, cárcel y exilio. Este desarrollismo siempre convivió con una enorme
cultura campesina con tintes feudales que fuera herencia española de la
encomienda donde los terratenientes podían, como aún lo hacen, poseer tierras,
bienes naturales y mujeres por igual.
La combinación empresas
transnacionales, hombres en armas, deudas externas, políticos corruptos y pueblo explotado
es histórica en la narración de este
territorio. Ahora con el agregado del narcotráfico y sus dinámicas
delincuenciales que encajan de manera apropiada en la realidad nacional.
Así, más o menos,
siguen siendo las coordenadas de esta nación.
Del otro lado un pueblo
trabajador y explotado, empobrecido hasta la ignominia, envuelto en olas de
violencia entre sí, con un odio tan grande que se estrella sobre los cuerpos de
las mujeres que son asesinadas en cantidades epidémicas (un femicidio cada 14
horas) un pueblo poco organizado para
adentro, solidario con las causas de lucha regional, mediatizado por
autoridades religiosas que se multiplican como los virus, sostenido
colosalmente por su propia capacidad para sustentar la vida donde las mujeres son las protagonistas
invisibilizadas por excelencia, y con
proyectos colectivos de difícil construcción por una cultura emocional y
política basada en la desconfianza hacia los propios y la subordinación a los
ajenos. Sin embargo, un pueblo con repetidos y dignos intentos por sacudir la
opresión y con algunas gestas que son orgullo popular como la gran huelga bananera
de 1954 que generó condiciones laborales dignas para la clase trabajadora, y en
los últimos tiempos la movilización nacional llamada Resistencia Popular que
inicia como una fuerza contra el golpe de estado del año 2009[3],
pero que se plantea la Refundación Nacional como horizonte utópico, entendida
con todas sus palabras como un proceso que pretende la descolonización del país
a favor de su pueblo.
Lo que ahora llamamos
neoliberalismo, otro nombre para ese colonialismo continuado, arremetió después de ese golpe de estado que
tuvo como propósito permitir sin tapujos
la venta, alquiler o regalo de esta geografía a las empresas multinacionales.
En ese reparto las más beneficiadas son las empresas extractivas, en todas sus
versiones, y los megaproyectos de todo cuño, asociadas a los poderes que en
Honduras se basan en la riqueza y la impunidad y son siempre las mismas pocas
familias[4].
Para hacer eso posible los marcos legales se fueron alejando brutalmente de la
mínima justicia hacia las personas, y permitieron alfombrar el paso de los
representantes de las corporaciones que pueden gozar legalmente de todas las
prebendas, facilidades, permisos y ganancias inimaginables. Iniciativas legales
que dan pie a proyectos como las Ciudades Modelo, ahora llamadas Zonas
Especiales de Desarrollo[5],
que son territorios nacionales entregados a capitales foráneos que funcionarían como otro estado dentro de
Honduras con leyes, policías,
estructuras jurídicas y laborales autónomas,
ilustran el uso y abuso de lo jurídico
contra la gente del país.
En ese mismo tono
encontramos que en el actual reglamento
de la Ley de Minería aprobada mediante Decreto Legislativo Número 238-2012, de fecha
23 de enero del 2013, publicada en “La Gaceta”, Diario Oficial de la República
de fecha 2 de abril de 2013 se respalda
al menos unas 280 concesiones mineras aprobadas por el régimen de Lobo Sosa[6],
quien repite que es presidente porque dios así lo decidió, y que realiza esta
acción en el marco de la controversial Ley de reconversión que permite a
cualquier país o empresa quedarse con bienes estratégicos naturales a cambio de
garantías por préstamos que serán puestos al servicio del pago de la
exorbitante deuda interna de la nación. Otra información ilustrativa sobre el
tema de las leyes contra los pueblos es que recientemente (mayo 2013) se aprobó
la entrega de 35 mil kilómetros de plataforma continental para exploración y
explotación petrolera a BG, empresa que no participó de licitación alguna. Esta
aprobación fue hecha de inmediato en el congreso nacional tal como lo
señalaba, inclusive, la prensa
derechista del país.[7]
En el año 2011 se llevó a cabo en este país un
evento internacional llamado Honduras is
open for bussines, y se promovió con este nombre en inglés, al cual asistieron empresarios de más de
setenta países, entre ellos Carlos Slim, el multimillonario mexicano, y el
expresidente Uribe de Colombia. En este foro se puso en venta y alquiler todos
los sectores de la economía del país y gran parte de su territorio para
refrendar lo que ahora estamos viviendo como escenario de los conflictos
territoriales. Se presentó como avance
del régimen de Porfirio Lobo continuador del golpe de Estado, la Ley de Empleo por Hora Decreto 354-2013 que es la iniciativa jurídica que ha colapsado
las conquistas laborales del pueblo de Honduras, pues es un mecanismo que facilita la
sobreexplotación de la mano de obra, precariza los salarios, desplaza el empleo
permanente con todas sus condiciones laborales mínimas, y permite la
eliminación de la organización sindical.
Que cómo se amarra todo
esto para que funcione sin que pareciera tener oposición, pues fortaleciendo
el proceso de militarización en todo el
territorio nacional y usando a favor de las empresas los medios de comunicación
y las iglesias para trabajar con la conciencia de la gente. Porque oposición sí
que hay, y no poca.
Después del golpe de
estado el país hizo un retroceso total en la protección de los mínimos derechos
humanos, en el que los más amenazados son los prioritarios, el de la vida
misma, la organización social y la libre expresión. Sobre esto último las
empresas que se dedican a la información y comunicación masiva están en manos,
¡oh sorpresa¡ de las mismas familias que
son accionistas de bancos, negocios, socios de empresas transnacionales, dueños
de equipos de fútbol y fieles de las mismas iglesias. El circuito se cierra
entre pocos para que no haya demasiado reparto de utilidades. Y para bendecir
estas alianzas se alzan ante la feligresía excesiva de Honduras, país donde
abunda la desesperación, personajes emblemáticos como Evelio Reyes, pastor evangélico
de la iglesia Vida Abundante, poderosa iglesia que congrega a los sectores más
ricos del país y a los más pobres en espacios separados, y el cardenal Oscar Rodríguez, uno de los
favoritos del actual Papa. Ambos,
personajes políticos a favor de la oligarquía y sus poderes.
Con relación a la
militarización, ésta se basa no sólo en las fuerzas regulares del ejército y la
policía que se han incrementado en los
últimos años, sino en nuevas propuestas que acompañan las económicas: la policía
militar que es un batallón élite creado recientemente con plenos poderes para
actuar en las calles, blindada constitucionalmente el 7 de enero del 2014 en el
Congreso Nacional por parte del actual presidente electo en las dudosas
elecciones hondureñas. Este blindaje es tal debido a la gran oposición de
muchos sectores políticos en contra de este cuerpo armado de plenos
poderes, agresivo, mezcla de policía y
ejército, que se saca a la calle bajo el discurso de ofrecer seguridad al
pueblo, en un contexto en donde se
criminalizan las luchas sociales y se incrementa la ofensiva neoliberal como
nunca antes en la historia nacional.
Por otro lado las
crecientes empresas de seguridad privada, dependientes y vinculadas a
personajes militares y funcionarios de los regímenes constituyen numéricamente
fuerzas mayoritarias ante los entes armados del Estado. Es obvio que tales fuerzas son para cuidar los privilegios
de sus dueños, y para evitar las
reacciones de reclamo, autodefensa y transformación de las relaciones de poder que
han convertido a la gente de Honduras en un pueblo desesperado por la
precariedad material y la represión. Estas fuerzas además funcionan combinadas
como en el caso de Río Blanco.
Los
lencas en Río Blanco
Doña Ceferina que ya
tiene más de setenta años, dice que sus abuelos maternos nacieron aquí en Río Blanco y que para entonces ya había gente
en la comunidad, es decir que desde hace varios siglos esta población habita
este territorio. Son pueblos lencas, aún cuando esta identidad ha sido casi
totalmente arrancada desde hace mucho tiempo por la persecución de la cultura
dominante. Los lencas, el pueblo indígena mayoritario cuando la invasión
colonial es una población ahora bastante
mestizada y con pérdidas culturales importantes por ejemplo, su lengua. El
lenca no existe como habla viva entre su gente.
Sin embargo, muchas otras características que son propias de esa cultura
resisten, entre ellas la relación con los bienes de la naturaleza, la
cosmovisión sobre el origen y cuido de las aguas y la tierra, las prácticas de
la siembra, la medicina y la espiritualidad. Para el COPINH[8],
la recuperación de prácticas ancestrales para construir comunidad, para
resolver problemas y enfrentar la vida es un eje de su acción política. Hasta
hace poco, ejercicios de comunión con la tierra y sus ciclos como la compostura
de la madre tierra tenían que practicarse en la clandestinidad, y muchos
líderes religiosos católicos y evangélicos condenaban a sus practicantes llamándoles herejes,
evidentemente las ideas sagradas indígena se oponen a las lógicas explotadoras
del planeta. El racismo en estos casos es tan obvio que no necesita explicación.
Mucha de la cultura hondureña está cruzada por comentarios, pensamientos y
prácticas racistas más o menos sutiles y populares, personas de pueblos
indígenas tratados como inferiores, y la de los pueblos negros como
hipersexualizada y haragana. Incluso,
para líderes de movimientos sociales o partidos de la izquierda, el hecho de
que un pueblo proteja sus ríos y territorios por razones de cosmovisión y
espiritualidad contra una empresa transnacional que intenta generar energía
hidroeléctrica es señal de atraso y falta de visión “progresista”.
Para los agentes
armados que hostigan a la comunidad de Río Blanco la agresión racista les es
muy fácil, ellos que son hombres oscuros y pobres igual que los otros, se
ensañan particularmente con las mujeres a quienes llaman indias puercas,
tostadas, muertas de hambre. A los hombres les llaman plumudos, tiraflechas,
chucos, ignorantes. Hay que decir que una importante población que hace parte
del ejército de Honduras proviene de estas comunidades porque es ahí donde
regularmente se hacen los reclutamientos forzosos. Los Lencas de Intibucá, La
Paz y Lempira han sido en un gran número parte del ejército, son conocidos por
su valor y arrojo como soldados.
Esta
lucha
Los
miembros y miembras de las comunidades de la zona norte de Intibucá exige a la
empresa DESA que retiren su maquinaria y la construcción dando el plazo de 72
horas ya que ha sido un proyecto impuesto sin la consulta libre, previa e
informada y han incumplido acuerdos firmados entre el COPINH, las secretarías
de estado y el presidente Lobo Sosa. Sí a la vida y no a las represas. ¿Están
de acuerdo?síiiiiiiii(tomado de un video hecho en un teléfono
móvil)
Podemos decir que con
este ultimátum leído a personal de la empresa, nacionales y asiáticos, ahí bajo
el sol y junto al que se volvería el mítico roblón como le llaman con
familiaridad, y en una asamblea popular
se puso en conocimiento al público de la decisión de la toma indefinida que las
comunidades hacían sobre su propio espacio, para evitar el paso de la
maquinaria que represaría el río Gualcarque, cuando ya se habían construido las
vías de acceso. Esta acción inició el día primero de abril del año 2013, el
proyecto había dado inicio años antes haciendo mediciones y construcciones de
planteles de viviendas y mantenimiento de maquinaria. La empresa DESA,
Desarrollos Energéticos S.A., obtuvo la concesión el 2010 y financiamiento de bancos importantes como el Banco
Centroamericano de Integración Económica, BCIE, el Banco Mundial (se retiró del
proyecto como producto de esta lucha) el hondureño FICOHSA[9],
y los bancos europeos, FMO de capital holandés y FINFUND de Finlandia.
Desde el día de ese
ultimátum y con una decisión implacable, han acompañado a esta toma muchas
otras acciones que en muchos meses se han creado y recreado. Todas enmarcadas en lo que llaman ejercicio
autónomo y control territorial comunitario, pacífico y enérgico. La conducción
de este movimiento está a cargo de mujeres, niños y niñas, hombres del COPINH
que se mantienen en una dinámica organizativa de 24 horas por siete días a la
semana, turnándose e informándose todo el tiempo.
Un día cualquiera,
ahora hace ya mucho, un helicóptero rompió el rumor del río Gualcarque y la
mirada de la comunidad que observó las
maniobras. Desde la altura lanzaron cintas de medición, y de a poco empezaron a
aparecer marcas y postes en las cercanías del río donde se allanarían los pasos de las
maquinarias. La gente no sabía bien qué pasaba, la empresa no daba
explicaciones, pero alguien dijo que ahí harían una represa. Al inicio no sabían bien las implicaciones de
un proyecto como ese ni en qué consistía, los empleados de la empresa no explicaban,
pero sí afirmaron que construirían carreteras y pondrían cables para la
electrificación. La empresa ofreció servicios de salud y mejoramiento de
escuelas. Parecía bueno para un lugar donde no llegan las escasas políticas
sociales del gobierno. Sin embargo, cuando la gente “despertó” y se dio cuenta
de lo que era una represa, de lo que harían con el río y el territorio, cuando
vio avanzar las máquinas enormes y además vivió la malicia de los empresarios
que nunca hicieron nada que no fuera para su beneficio, se alzaron y decidieron
no permitir más este proyecto o lo que es igual acabar con él definitivamente. La
organización del movimiento que se manifestaba a través de comunicados estableció
su rechazo a este proyecto porque privatiza el río y "violenta nuestros derechos ancestrales,
territoriales, culturales"[10].
En ningún momento se realizó ninguna consulta previa e informada requerida para
estos proyectos bajo los lineamientos del convenio 169 de la OIT que ampara a
los pueblos indígenas.
La organización
comunitaria se fortaleció con cada gesto rebelde y encarnando los lineamientos
del COPINH que se plantea como una organización de lucha contra el capitalismo,
antipatriarcal y antirracista. A la
lucha se unieron todas las personas de la comunidad de la Tejera y de otras
aledañas, pero algunas de ellas se retiraron según el agotamiento o los
intereses políticos y financieros que cambiaron de mano. La empresa compró
gente común, políticos y periodistas, y el miedo y el cansancio se hicieron
cargo de otros. Sin embargo una gran cantidad de familias se siguen que no permitirán represar el río, contaminar
el aire y derrotar las milpas que volverán a crecer donde ahora hay material de
asfalto. Para el pueblo Lenca los ríos no son apresables, están habitados por
espíritus y son invaluables en el equilibrio de la vida. Son conscientes de que las ganancias de esas empresas no
tienen que ver con su forma de vida, que su descendencia vive de la tierra, el
maicito y el agua del río, no de retroexcavadoras o cables de alta tensión.
Por esa razón y para
sostener esta lucha la gente de Río Blanco sabe “hacerse un nudo”. Entre sus
estrategias de resistencia están la siembra de
maíz colectivo, garantizar comida para toda la gente en lucha, tener asambleas
permanentes donde se plantean y discuten decisiones hasta que son consensuadas,
integrar con voz y acción a mujeres, hombres, niños y niñas de la comunidad y
todos los movimientos sociales y personas que en solidaridad militante
participan de sus espacios. Los copines y copinas, como se autonombran, actúan
con decisión y en colectividad, con mecanismos de solidaridad entre sí, que es
la manera que han encontrado para
“apartar el miedo”, son enérgicos y no negocian con la empresa, aún cuando ésta
ha recurrido a intentos de soborno, ha utilizado a antiguos dirigentes de sus
organizaciones para intentar convencerlos de que es una lucha perdida, y les
han perseguido y asesinado. El sentido de pertenencia que tienen a su espacio
territorial y tierra, a sus formas de sostenibilidad de la vida que viene de
antes, con sus abuelos y que es para después con sus hijos e hijas, les hace
plantearse morir ahí antes que dejar que las empresas destruyan sus
territorios.
Al igual que en Río
Blanco, en otros espacios del territorio se libran estas luchas, que son
afincadas en la tierra y las aguas, la defensa del bosque, el subsuelo y los
cuerpos de las mujeres como territorio de disputa contra el patriarcado
femicida y neoliberal. A partir del proceso de Refundación que se ha planteado
como la perspectiva política del movimiento social más progresista, se han fortalecido estos movimientos
territoriales como una de las maneras de construir lo que se llama el poder
popular desde abajo aún cuando muchas veces participan de los procesos
políticos electorales, las discusiones de las plataformas movimientistas de
Honduras coinciden en que es urgente fortalecer las luchas territoriales y
defender los bienes de la naturaleza para la gente, así como sus derechos
humanos aunque no todos acuerdan que los de las mujeres sean prioritarios,
especialmente en relación a la autonomía de su cuerpo. Así lo hacen los pueblos
garífunas en la costa norte del país, a través de la Organización Fraternal
Negra de Honduras, OFRANEH, como también el Movimiento Amplio por la Dignidad y
la Justicia (MADJ) en el tema minería, y
las organizaciones feministas que como la Colectiva de Mujeres Hondureñas CODEMUH,
enfrenta a las transnacionales maquileras, sólo para mencionar algunas de estas luchas nacionales.[11]
Los
daños empresariales
La empresa DESA ofreció
de todo como suele suceder en casos similares a éste que se multiplican por el
territorio nacional y más allá de
Honduras, lo cual no cumplió en su mayoría, sí dotó de alguna instalación
eléctrica a domicilios que estuvieron al paso de sus intereses. Lo que sí hizo fue dañar tierras de cultivo,
puentes y caminos, y el tejido comunitario ya fragilizado por misioneros y
políticos dividiendo a las personas con
dinero, engaños retóricos o privilegios ridículos. Los daños más sentidos para
la gente de Río Blanco han sido las pérdidas de Paula Gómez y Tomás García, la
primera murió en un accidente de carro mientras iban a un recorrido de
reconocimiento territorial con autoridades del ministerio de las etnias; el segundo
a manos de un soldado del ejército hondureño. También murieron dos bebés, uno
en el vientre de Paula y la otra en el de Rosalinda, accidentada en esa misma
circunstancia. De la compañera y el compañero se recuerdan muchas
características personales y familiares, pero sobre todo su lealtad con la
lucha contra la represa, Paula contribuía con sus haceres en las movilizaciones
y acciones comunes, en la hornilla que hicieron las mujeres para calentar
tortillas bajo el roble con las que acompañan las horas y meses que han
transcurrido en ese lugar; Tomás era también parte de los turnos diurnos y
nocturnos que no han dejado pasar las máquinas para la represa y era auxiliar
de la comunidad, una autoridad comunitaria. Él siempre estaba en el roblón, nos
dicen, y hasta ahí llegaron muchas veces a ofrecerle dinero para que se
fuera.
El 15 de julio, día que
mataron a Tomás, él estaba formando parte de una movilización hacia el plantel
donde exigían dialogar con los representantes de la empresa DESA, pero no fueron
recibidos si no por el ejército y la policía. Junto a Tomás, su hijo Alan,
también fue herido, al igual que otros compañeros suyos. El responsable de su
muerte es un oficial llamado Kevin, del Batallón de Ingenieros que se localiza
en la ciudad de Siguatepeque en el departamento de Comayagua, cercano a este
territorio. Este militar fue apresado pero ahora se encuentra en libertad. Alan sobrevivió porque el cuerpo de su padre
lo tiró al suelo, pero fue herido de gravedad.
También han intentado
dañar judicialmente a líderes nacionales de la organización, y de hecho lo han
logrado, particularmente con tres integrantes del Consejo Cívico de
Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) que
han sido acusados de graves delitos. Se trata de Tomás Gómez, Aureliano Molina
y Berta Cáceres, quien ha declarado La
persecución judicial es sólo una expresión de toda la persecución política en
contra de COPINH y es una estrategia definida a nivel presidencial. Estamos
conscientes de que con nuestra lucha, que es pacífica pero enérgica, nos
enfrentamos a poderes grandes e influyentes[12].
En su caso se le acusa de portación ilegal de armas en perjuicio de la
seguridad interna del Estado de Honduras y,
junto a sus dos compañeros, daños
continuados, coacción y usurpación. A
ella le han dictado orden de captura, por lo tanto es perseguida política, y a los dos hombres medidas sustitutivas que
es un mecanismo legal para dictar algunas limitaciones como por ejemplo no
acercarse al lugar de la lucha y tener que firmar un documento cada quincena en
local de la policía. Igualmente se ha ordenado el desalojo a la toma de la
comunidad. Los tres no pueden acercarse a la comunidad en resistencia a lo cual
ellas y ellos responden: Doña Bertita las
únicas armas que trae son las mantas del COPINH, en esta comunidad los que
tienen armas están ahí en el plantel de DESA[13].
La lucha jurídica se está
realizando con la defensa a cargo de abogados comprometidos con el movimiento,
pero sobre todo con una enorme campaña de solidaridad que ha visibilizado la
mentira y la injusticia de estos procedimientos judiciales. Una enorme campaña
de desprestigio contra la organización y sus dirigentes ha sido estimulada por
la empresa y acuerpada por enemigos políticos del COPINH que siembran desconfianzas
entre movimientos y con relación a fuentes de financiación de la organización.
En el mes de noviembre
del 2013, la policía vestida con pasamontañas y en un número de más de treinta entró
a las casas y espacios domésticos de dirigentes del movimiento de Río Blanco.
Encontraron a mujeres, niñas,
niños, jóvenes, pues los hombres
estaban trabajando, lo cual por supuesto sabían. Golpearon un hijo del líder,
un niño de catorce años, decían a las pequeñas que iban a cortarles la cabeza y
las manos a sus mamás. Relatan las víctimas, casi todas mujeres de la comunidad[14]:
Vinieron encapuchados y con fusiles, con
lanzagranadas y garrotes y se metieron a las casas buscando a Chico, donde está
ese perro decían, y golpearon niños, dijeron que matarían a sus madres, y
también a ellos
Me
miraron y me apuntaron, ehhhh dije yo, si matan, mátenme
Le
dijeron que no hiciera ni un gesto, que no se metieran con esos de la represa,
y que no hicieran ni un gesto porque nosotros traemos orden de matar, ni un
gesto.
Le
dijeron a los niños vaya niños con las manos para arriba. (…)cuando los niños
no querían levantar las manos los encañonan. ..por eso los niños se asustaron,
en la mente de ellos pensaban que ya me iban a matar
Le
dijeron esta arma grande carga cien tiros y esta cincuenta dijeron, hacer una
matazón aquí no cuesta, dijeron, llamar cien policías a Tegucigalpa no cuesta y
hacer una gran matazón aquí.
Es
que ellos están lo quieren asustar a uno porque uno está en la lucha, porque
han dicho que casa a casa van a desalojar a la gente.
El plantel de la empresa[15], puesto
que está parada su labor, es ahora una base policial y militar, lo que muestra
claramente que tienen el suficiente
poder en el país como para movilizar permanentemente y por muchos meses estos
efectivos. En su espacio conviven policías, ejército y guardias privados de
seguridad. De manera frecuente los guardias del plantel
disparan al aire cuando la gente de la comunidad pasa cerca hacia sus trabajos,
y mientras cualquier persona se baña en el río, en la proximidad de sus construcciones, permanece vigilada y apuntada con armas
largas. La hostilidad contra la gente
de esta comunidad es permanente, intencionada y agresiva y es evidente desde
que el transporte público se acerca a su territorio pues dos retenes
policiales, por lo menos, hacen revisiones exhaustivas, piden documentos a quienes
saben vive ahí y a quiénes se notan se movilizan en acompañamiento solidario. Es
tal la situación de fragmentación social que hay dos buses en esa ruta, y uno
de ellos no conduce a nadie que sea del movimiento de resistencia.
Recientemente, una mujer dirigente del grupo, María, fue atacada por siete
personas, emboscada camino a su casa y agredida con machete, en su defensa
fueron su esposo y su hijo pequeño, ambos salieron heridos, al igual que María.
Los y las atacantes son de la comunidad vecina.
Las
respuestas
Como respuesta a estas agresiones el COPINH, en un
comunicado público “llama al Pueblo Lenca y demás Pueblos
hermanos a redoblar la organización, la movilización, el control y
levantamiento territorial, a la defensa y reivindicación de títulos legítimos
del Pueblo Lenca, a la revitalización de nuestra espiritualidad ancestral y
nuestras culturas vivas, a luchar contra todas las formas de dominación y violencia,
a redoblar la unidad en acción, por la propuesta Refundacional, las
resistencias múltiples y en diversidad y la articulación como tareas
prioritarias para el movimiento indígena, negro, popular y antipatriarcal” Comunicado, diciembre, 2013.
La comunidad tiene muchos planes para este año que empieza. Pronto
estarán construyendo un centro de capacitación donde desarrollar actividades
organizadas de conciencia y movilización, donde recibir también a quienes
llegamos a aprender de sus fuerzas y modos de resistir, y a contar los nuestros.
Continúan sus procesos asamblearios, articulaciones nacionales, procesos de
capacitación y comunicación, movilización y lucha jurídica. Y sobre todo,
continúan sosteniéndose unas a otros en la vida diaria que hace posible
sostener todo lo demás. Río Blanco es un ejemplo de lucha porque también ha
hecho suya la autodefensa comunitaria en un contexto en el cual nuestros
propios discursos de oposición tienen miedo a esta palabra y práctica. La gente
de Río Blanco hace lo que es necesario y urgente: defender su vida que es el
río, la tierra, la infancia y sabe que con los empresarios armados no se hará
en mesas negociadoras con mediadores que tienen pagados sus salarios por las
empresas. Su fuerza reside en el valor colectivo y la decisión, pero también en
poner el cuerpo dispuesto a enfrentar la agresión con las herramientas de las
que puedan disponer. Nos decía un entrevistado: “Mire, los soldados parecen valientes así armados, pero no lo son tanto,
nosotros les hemos dicho, sí, ustedes nos pueden matar, pero tengan claro que
ustedes también son gente y se pueden morir”. Cuando hay una amenaza de
agresión tocan una pitoreta o trompeta de
plástico y en minutos se reúne una gran cantidad de personas, todas
tienen su machete que es herramienta de trabajo y del cual no se separan, y
juntos y juntas caminan con energía hasta donde puede estar la agresión, usan
su voz, sus gritos lencas, y su paso firme.
En los últimos años, en muchos
espacios políticos colectivos como el Frente Nacional de Resistencia Popular[16] se han
buscado todos los mecanismos para evitar
el uso de la fuerza organizada contra los opresores y se ha consolidado un
movimiento que se asume como no violento. Las feministas desde nuestros
movimientos también hemos insistido en negar la guerra patriarcal como la vía
para el cambio, en no darle razón ética, lo cual es un eje crucial de nuestro movimiento; sin embargo en ambos casos también nos
encontramos con que hemos ido atestiguando el aumento de nuestras muertas, llenándonos de impotencia, rabia y dolor por
intentar razonar con asesinos la vida de nuestras compañeras y compañeros. Río
Blanco es una escuela también por esta experiencia, no han matado a nadie, no
han ido a amenazar a nadie y sin embargo tienen claro el derecho a defenderse,
les parece natural y evidente, tal como lo establece hasta la retórica carta
fundacional de las Naciones Unidas que seguramente no les interesa. La defensa
ante la opresión y la agresión es legítima dice ese documento, y Río Blanco nos muestra esa ruta cerrándole
la boca a quienes piensan que tal ejercicio sólo se hace con las balas y con la
violencia por horizonte ético.
Cuentan las gentes que
el agua del Gualcarque es la vida de esa comunidad, pues da de beber a muchos
seres y hace fértil la tierra. Pero además nos narran como en sus aguas residen
las niñas espíritus que son protectoras
del pueblo Lenca junto a otros
animalitos, seres inanimados, ancestros encarnados o no que custodian la
vida de sus comunidades con mucha armonía y sacralidad desde hace siglos; saben
también que la vida es un acto de reciprocidad y el cuidado no puede llegar de
un solo lado, que son responsables de esas niñas espíritus y de esos
animalitos. La resistencia de Río Blanco es una lucha histórica para el pueblo
de Honduras y para otros pueblos del mundo. Con sus acciones han logrado
mantener fuera de circulación la acción depredadora de este proyecto y echaron
del territorio a los funcionarios y empleados de SYNOHIDRO, empresa que sería
la responsable de construir la represa, para los licitadores que son DESA. [17]
Dicha constructora al mes de enero del
2014 ha enviado una carta oficial notificando que sale definitivamente del
proyecto. Igualmente el Banco Mundial financista fundador del proyecto ha expresado
su retiro del mismo.
Repetimos que las armas
de estos compañeros y compañeras son una
tremenda fuerza colectiva, una terquedad inamovible, la claridad de que les
asiste la razón legítima e histórica de su pueblo y un valor a prueba de
fusiles del ejército, pistolas de policías y sicarios, el atropello del sistema
judicial que los criminaliza y persigue, y una alucinante campaña mediática.
Esta resistencia va a
continuar hasta sacar el proyecto totalmente, sus máquinas, sus paramilitares y
policías, sus empresarios y esbirros locales, porque bien aseguran: nosotras somos de aquí, los que se deben ir
son ellos.
Fuentes citadas
http://www.youtube.com/watch?v=KNj0FeGFhos#t=20
http://ofraneh.wordpress.com/
www.voselsoberano.com
Diarios hondureños La Prensa, El
Heraldo, El Tiempo
Entrevistas personales y participación
en acciones y asambleas del COPINH y el FNRP
[1] Escritora, feminista autónoma que
hace parte de la resistencia hondureña y del movimiento feminista
internacional. Integrante del colectivo Insurrectas Autónomas. melissacondesa@gmail.com
[2] Berta Cáceres es una de las más
reconocidas dirigentas populares del país. Mujer lenca, feminista, luchadora de
múltiples causas y coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares
e Indígenas de Honduras, COPINH. Ha sido judicializada y perseguida, amenazada
a muerte y vilipendiada en múltiples campañas de desprestigio. Sus enemigos
pertenecen a las empresas transnacionales, órganos de represión del país, y
patriarcas del movimiento popular de Honduras. Sus causas han sido sobreseídas
y la solidaridad con sus luchas anticoloniales se extienden por el mundo.
[3] 28 de junio del 2009, golpe de
estado contra Mel Zelaya, presidente constitucional. Organizado por los
sectores oligárquicos, poderes judiciales y legislativo del gobierno y fuerzas
armadas. Animado y sin duda financiado
por la derecha internacional.
[5] Las ciudades modelo o Regiones
Especiales de Desarrollo declaradas inconstitucionales el 2012 gracias a la
movilización popular, son ahora
conocidas como Zonas Especiales de Desarrollo, propuesta de sectores muy ricos
de Honduras y de otros países, aliados
en un extraordinario invento que llaman Alianza público privada. Las ZEDE son
una iniciativa empresarial privada que ha logrado modificar la Constitución de
la República para su beneficio. Consiste en la entrega de la soberanía nacional
para fines de libre albedrío de las empresas. Afecta principalmente los
territorios de pueblos indígenas y negros, donde están los bienes más
importantes: costas, ríos, bosques, paisajes naturales, a tal grado que llama
la atención de organismos como La Comisión para la Erradicación del Racismo y
Discriminación (CERD) de la ONU quien expresa su preocupación en el informe
Honduras. http://tbinternet.ohchr.org/_layouts/treatybodyexternal/Download.aspx?symbolno=CERD/C/HND/CO/1-5&Lang=Sp
[6]
http://www.laprensa.hn/content/view/full/218595
[8] El Consejo Cívico
de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, organización de lucha del
pueblo lenca asentada en tres departamentos del país: La Paz, Intibucá y
Lempira, su sede está en la ciudad de La Esperanza, en el occidente de
Honduras, y su lucha se remonta a la resistencia de Lempira héroe nacional que
enfrentó la ocupación española. Actualmente lucha contra lo que llaman todas
las formas de coloniaje: neoliberal, patriarcal y racista.
[9] FICOHSA, Financiera Comercial
Hondureña, el banco más grande del país a quién el Estado le debe una gran
cantidad de dinero siendo sus máximos acreedores. La familia Atala que es la
mayor accionista de este banco pertenece
a las diez familias más ricas del país y se les vincula al
financiamiento del golpe de Estado según informaciones tomadas de la página
web: voselsoberano.com | Sábado 01
de Agosto de 2009 21:04
[10] Comunicado COPINH, 5 de abril
2013.
[11]
Me refiero especialmente a la recuperación de territorio ancestral
garífuna en la comunidad de Vallecito, en lucha contra terratenientes de la
palma africana y narcos. En el caso del MADJ es la organización de la comunidad
de Nueva Esperanza en el departamento de Atlántida y las compañeras de la
CODEMUH han logrado mejoramiento de condiciones de trabajo para mujeres de las
maquilas, han ganado demanda laborales y han construido una red importante de
organización feminista que atiende particularmente la situación de deterioro de
salud producto de la actividad laboral y emancipación para las mujeres, en muchos ámbitos de sus
vidas.
[12] Grabación personal de radio, entrevista a Berta Cáceres, Radio
Progreso, 4 de agosto 2013
[13] Entrevista realizada por la
autora a doña Munda, diciembre 2013
[14]
http://www.youtube.com/watch?v=KNj0FeGFhos#t=20
[15] Para ver imágenes del plantel y
maravillosas fotos del río Gualcarque
ver la página de la empresa http://www.desa.hn/es/
[16] El FNRP fue una poderosa
articulación de movimientos, fuerzas políticas de todo tipo, personas que se
manifestaron contra el golpe de Estado del 2009 y se convirtió en una
plataforma nacional de lucha antineoliberal, antipatriarcal y antirracista. Por
razones de doble militancia con el partido LIBRE, en el que mucha gente de la
resistencia se organizó, este espacio está casi desmovilizado.
[17] SINOHYDRO es una empresa transnacional de China
continental, una de las principales en la instalación de proyectos
hidroeléctricos a nivel mundial y de extracción minera, que ha sido sancionada
y suspendidos sus proyectos en diferentes países por la violación de derechos
de trabajadores en sus empresas y por violar sistemáticamente los derechos de
los pueblos indígenas como en Ecuador, Venezuela, Etiopía, Súdan y otros.
(Comunicado COPINH, 2 de agosto 2013).