mural creado durante el encuentro por las participantes |
11
de Noviembre de 2016, La Esperanza, Intibucá.
A
las comunidades organizadas a COPINH
A la
comunidad nacional e internacional
Durante los días 7, 8, 9 y 10 noviembre de
2016, desarrollamos el Encuentro de
Salud y Sanación, donde participamos cuarenta compañeras procedentes de las
comunidades de Guachipilín, Río Blanco, La Cuchilla, Candelarita y Las Mesitas.
Este se llevó a cabo en nuestra Casa de Sanación y Justicia de las Mujeres de
COPINH.
Mediante este comunicado, Las Mujeres Lencas
en Resistencia por la Salud Natural Ancestral, saludamos a toda la comunidad
COPINH y compartimos un resumen de nuestros acuerdos y debates.
Estamos
orgullosas de ser indígenas Lencas. En escuelas y hospitales pretenden que nos
avergoncemos de lo que somos, y no valoran lo que sabemos, niegan nuestra
identidad por el simple hecho de no vestir igual que nuestras abuelas. Pero
traemos la sangre de las personas que lucharon
hace más de 500 años defendiendo nuestra familia naturaleza, como ahora
nosotras lo seguiremos haciendo. Somos y
nos sentimos parte de todo lo que existe, de la tierra, el río, los árboles, el
sol y de la luna, que también son parte de nosotras.
Seguiremos
por los caminos de Berta, recuperando nuestra identidad. Queremos mantener
nuestra herencia ancestral, agradecer la cosecha, al trueno, al río. Llamar a
los ancestros que hablaban con el agua y con la montaña, relacionándose al
igual que entre ellos. Compartían lo poco que tenían y así sobreabundaba. Así
es con la tierra, si nosotras damos, cuidamos, ella nos va a dar.
Nosotras
como mujeres lencas organizadas en el COPINH, decidimos formar un grupo que
trabaje por la salud y medicina natural porque queremos:
1.
Fortalecer nuestra identidad cultural ancestral, basada en la recuperación de
saberes y prácticas heredadas de nuestros (as) abuelos (as) acerca de la
medicina natural.
2.
Independizarnos de un sistema capitalista que privatiza nuestra salud y que
discrimina a los pueblos indígenas.
3.
Buscar satisfacer las necesidades de las diferentes comunidades, en cuanto a la
atención de salud.
4.
Reforzar la organización de la que hacemos parte, potenciando nuestra
participación en la defensa territorial.
5.
Apoyarnos, entre los diferentes grupos de mujeres que hacemos parte de este
proceso, para facilitar y enriquecer el aprendizaje de la medicina natural
ancestral.
Creemos
que hay una fuerte relación entre la salud y la espiritualidad, nosotras
tenemos fe en las plantas, en los antepasados. Mantenemos los dones que se nos
revelan a través de los sueños, las capacidades de curarnos incluso sin
necesidad de tocarnos. Tener salud es
mantener la alegría, servirle a vecinos y amigos, escucharnos y apoyar
desde lo emocional y espiritual, para después usar las plantas que nos ofrece
Dios y la madre tierra.
Debatimos
acerca de la atención de las embarazadas en las comunidades, concluyendo que:
1.
Es necesaria la labor de la partera en las comunidades para garantizar la
atención a tiempo y la calidad humana, que es mucho mejor en la comunidad.
2.
La mayoría de las mujeres en las comunidades no tenemos recursos suficientes
para el traslado y la atención del parto en hospitales o clínicas
3.
Es parte de nuestra lucha, lograr que se mantenga esta práctica ancestral, la
cual quieren desaparecer y ocultar, como lo hacen con nuestra identidad.
4.
Esta labor es un don de la naturaleza, en el cual confiamos desde nuestra
cosmovisión y desde los resultados de su experiencia. Nunca se ha buscado el
mal, estamos convencidas de que las parteras nos cuidan y nos atienden,
reconociendo cuándo no lo pueden hacer y cuándo deben referirnos a un hospital.
5.
Existe, en el convenio 169, un artículo que nos respalda, para lo cual estamos
dispuestas a dialogar y buscar alternativas que beneficien a las mujeres de las
comunidades indígenas, como se ha logrado en otros países.