El Consejo Cívico de
Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras COPINH se pronuncia acerca de
la retención y deportación del acompañante y observador internacional de
derechos humanos Luis Díaz, por parte de las autoridades de migración de
Honduras.
A Luis Díaz se le detuvo
en el aeropuerto Tocontín de la ciudad de Tegucigalpa el día de ayer 25 de
octubre cuando regresaba de España, su país natal, luego de hacer visitado su
familia y haber conseguido materiales donados para el COPINH. Su venida tenía el propósito de proseguir con
su labor de acompañante internacional y observador de derechos humanos.
A su arribo, sin mayor
información fue detenido por agentes de migración e incluso fue esposado cuando
se negó a ser trasladado sin la explicación pertinente del caso. En estas
circunstancias le fue negada la asistencia jurídica de las organizaciones que
se hicieron presentes en el aeropuerto al percatarnos de tal irregularidad para
su entrada, y en la mayor irresponsabilidad fue deportado de vuelta para su
país esgrimiendo argumentos que demuestran el descaro de esta institucionalidad
para violar los derechos de defensores y defensoras de derechos humanos.
Debemos rectificar
versiones malintencionadas y amarillistas que vinculan a Luis como testigo del
asesinato de nuestra coordinadora general, Berta Cáceres. Esto es falso. Sin
embargo, en su labor de observador internacional, sí ha sido testigo de las
amenazas y agresiones vertidas por parte de trabajadores de DESA en contra de
ella, la coordinación general y la comunidad de Río Blanco.
Esta acción se realiza en
franca violación al derecho a defender derechos humanos por parte de
organizaciones y cualquier persona y
respaldada en los tratados internacionales vinculantes firmados por el Estado
de Honduras.
El observador
internacional Luis Díaz ha acompañado a la organización haciendo grabación de
video y difusión de información acerca de la violación de derechos humanos que
sufren los procesos comunitarios del COPINH, en especial en la comunidad Lenca
de Río Blanco. De igual manera ha acompañado las acciones de movilización que
la organización ha desarrollado y ha sido testigo y víctima de la represión por
parte del Estado y el gobierno Hondureño a la que somete al pueblo Lenca.
El derecho a la protesta
es un derecho fundamental y mucho más cuando se vive en un país gobernado por
una dictadura sanguinaria, narcotraficante y corrupta. Los acompañantes
internacionales han sido testigos de las acciones de este gobierno y sus
instituciones, y han difundido los resultados de sus investigaciones, por eso
se les persigue y criminaliza. Recordamos los hechos de mayo pasado en los que
información personal de una acompañante italiana se hizo pública, poniendo en
riesgo su vida.
Esta acción arbitraria se
da como retaliación por las acciones emprendidas por los organismos y personas
internacionales de derechos humanos para denunciar la situación de
criminalización, estigmatización, persecución y asesinato sufridas por las
organizaciones sociales y populares en Honduras.
Estos hechos son una
muestra de la falta de garantías mínimas y voluntad política para proteger a
las organizaciones que defienden los derechos de los pueblos indígenas. Es un
pésimo antecedente y deteriora, una vez más la imagen del Estado hondureño, que
demuestra su miedo para que se verifiquen las sistemáticas violaciones contra
los pueblos indígenas.
La deportación del
acompañante de COPINH demuestra, una vez más, la campaña sistemática por parte
del gobierno y las autoridades en contra del COPINH, con la intención de
detener el avance de los procesos de resistencia en contra de la implantación
del modelo extractivista en nuestros territorios y el desarrollo de
alternativas para las comunidades Lencas, fuera del modelo capitalista
neoliberal.
Exigimos que estas
acciones sean investigadas y corregidas.
Llamamos a las
organizaciones nacionales e internacionales de solidaridad a denunciar este
nuevo atropello contra el COPINH.
Dado a los 26 días del
mes de Octubre de 2016 en La Esperanza, Intibucá.
Con la fuerza ancestral
de Berta, Lempira, Mota, Etempica, Iselaca se levantan nuestras voces llenas de
vida, justicia, libertad, dignidad y paz.