jueves, 26 de septiembre de 2013

Agua zarca: Dictadura corporativa



    Agua zarca: Dictadura corporativa

La deuda social de luchar por patria para todos y la vida como máxima por encima de todas las cosas, son los consejos para el mundo de “Pepe” Mujica.  

Por: Ronnie Huete S.
 periodista



Latinoamérica, 25 de sep. Con la codicia en alto, la muerte de los seres humanos se acelera. 

“La vida misma es un milagro y nada más vale que la vida que estamos vivos por ese milagro” enfatizo el Presidente de la República Oriental del Uruguay, José “Pepe” Mujica en la 68 Asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Mujica mencionó que es nuestro deber bilógico por encima de todas las cosas cuidar la vida, respetarla, procrearla y entender que la especie humana es nuestra, nosotros.

 El líder latinoamericano describió que América latina, patria común que se está construyendo, existen bloqueos inútiles como el que sufre el caimán del Caribe, como llamo a la hermana nación cubana.

Mujica sugirió al mundo ante la ONU, que debe prevalecer la tolerancia como una virtud encaminada al respeto de las múltiples diferencias que existen entre los seres humanos, para alcanzar la paz en cualquier rincón del planeta.

                                                             Deuda social


“Cargo una gigantesca deuda social, de luchar por patria para todos y que Colombia llegue al camino de la paz”. Afirmó Mújica.

El gobernante uruguayo hizo énfasis en que nuestro mundo necesita menos organismos mundiales, y que la ciencia debe estar al servicio de la humanidad y no del comercio.

Parte de este contexto de las palabras de Mujica, más que un discurso fueron sugerencias para los ciudadanos de este agitado mundo, en donde las relaciones humanas son atadas por una mercancía o relación comercial, más que por un abrazo o un ¿como estas?

Esa era humana de solidaridad y hermandad, según lo expuesto por Mújica se está extinguiendo en gran parte por el desarrollo tecnológico y los intereses de grandes trasnacionales que insisten en colmarse de las riquezas naturales del mundo.

                                                Berta, Tomas y Aureliano

Motivo por el que es una obligación de los seres humanos en cualquier rincón del mundo accionar en el amor y el respeto al prójimo como parte de nuestra coexistencia humana.

Este acto revolucionario de amar al prójimo, se observa en el caso de los dirigentes indígenas del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e indígenas de Honduras (COPINH).

 Berta Cáceres, a quien se le dicto auto de prisión, y Tomás Gómez y Aureliano Molina a quienes se les dicto medidas sustitutivas, han sido víctimas de las represalias de la dictadura corporativa que se vive a escala mundial, pero también han recibido el apoyo solidario de organismos internacionales de nuestra patria grande Latinoamérica.


Aún la incertidumbre priva la libertad de estos dirigentes defensores de los recursos naturales, cuyas riquezas pertenecen al bien común, pero como lo mencionó el presidente de Uruguay; la codicia es capaz de causar la muerte de otros seres vivientes, con tal de conseguir sus propósitos.

                                                             Agua Zarca

Berta, Tomas y Aureliano pertenecen al  pueblo originario lenca, cuya cultura ha sufrido las torturas que relatan la historia de las eras de la santa inquisición, y el antiguo colonialismo que mataba en nombre de Dios. 

 Ese nuevo colonialismo que ha nacido recientemente en esta guerra mediática, o como la determinan algunos teóricos de la comunicación la guerra de cuarta generación, no permite que Berta Cáceres, Tomas Gómez y Aureliano Molina, hagan uso de su derecho universal de la libertad, tal y como lo establece la carta universal de los derechos humanos.

La tortura mediática, y el irrespeto de la paz que sufren estos tres dirigentes del COPINH los ha obligado a aislarse de la sociedad, solo por el hecho de defender el rio Agua Zarca, cuyo cause sufre la neo colonización corporativa de la trasnacional Desarrollo Energético (DESA). 

DESA es parte de esas corporaciones con una gran visión de codicia que pone en peligro el milagro de la vida como lo describió el Presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, ante la Organización de las Naciones Unidas.

Sin embargo a través de los distintos llamados de organismos internacionales de derechos humanos y de Honduras, periodistas, medios de comunicación alternativos y todo amante de la humanidad, los tres dirigentes lencas, cuentan con el respaldo para que se les respete su libertad y su vida.

“La vida misma es un milagro y nada más vale que la vida que estamos vivos por ese milagro”, esta humana sugerencia del líder latinoamericano “Pepe” Mujica, coge fuerzas en el corazón de América, Honduras.

                
                          ¡Libertad para Berta, Aureliano y Tomas!